SIMPLY DOING MORE

En JGB no solo limpiamos el sensor de su cámara fotográfica.

Para que esa limpieza sea efectiva y lo más duradera posible, además de limpiar el sensor,

aspiraremos el interior del cuerpo mediante un sistema de aspiración profesional que garantiza una succión constante de 300 litros por minuto, estanca y sin efecto feed back, equipada con filtros que retienen las partículas más pequeñas. 

 El soplado del equipo se realizará mediante aire comprimido procedente de un compresor cuyos cilindros están recubiertos de teflón por lo que no necesita aceite para lubricarse, obteniéndose así un aire totalmente libre de impurezas, además este compresor está equipado con un sistema de secado del aire previo a su almacenamiento y un filtro de partículas estéril de uso médico.

Esto nos garantiza la ausencia de agua y otras partículas en el aire, las cuales podrían acabar encima del sensor. Es prácticamente imposible soplar un sensor sin meter nueva suciedad. ¿Quién pone tapón a la pera de soplado?

No conformes con limpiar el interior de la cámara, también limpiamos el exterior, las tapas y los objetivos, porque, ¿de qué sirve limpiar el interior de la cámara si las tapas y objetivos tienen polvo?

Un paso más.

Una vez que todo está limpio, desinfectaremos cuerpo y objetivos. ¿Porqué desinfectarlos? Para evitar la aparición de hongos, sobre todo en las lentes. Acumulaciones de bacterias debidas al sudor de las manos, salpicaduras etc.  que hacen que los plásticos tengan un aspecto blanquecino y se vuelvan más quebradizos con el tiempo, incluso puedan llegar a degradarlo. Si podemos dejar el sensor como nuevo ¿Por qué no dejar también el resto?

Las lentes de los objetivos recibirán un tratamiento antibacteriano y anti fúngico, en base a glutaraldehidos con tensioctivos ó alcoholes y acetona en función del tipo de lente, que no dañan el recubrimiento de las ópticas y tiene una duración aproximada de 3 meses.

El tratamiento de las lentes y filtros será diferente en función del tipo de tratamiento que lleve la óptica, monocapa de
de MgF2 ó multicapa de aluminio con MgF2 y SiO2, ó mejorados con capas de metal dieléctrico VIS, NIR.
Naturalmente la duración del tratamiento puede variar en función de las condiciones de almacenamiento y uso del equipo.

¿Por qué debemos limpiar el sensor de la cámara réflex digital?
Uno de los grandes inconvenientes de la fotografía digital radica en,  por decirlo de alguna manera, que la película es siempre la misma, el sensor  CCD/CMOS.

En la fotografía analógica la suciedad no se acumulaba porque cada fotografía se realizaba en un fotograma nuevo y la película era barrida por las escobillas que monta el carrete al rebobinarlo de nuevo al interior del mismo.

Sin embargo a pesar de que  ahora no abrimos el cuerpo de la cámara para cargar el carrete, cada vez que cambiamos de objetivo entran partículas de polvo al interior del cuerpo que se depositan en el espejo, el obturador y finalmente en el sensor, ya que son atraídas por este debido a su carga electrostática.

Mitos y leyendas de la limpieza de sensores.

El primer mito que hay que aclarar es el de la auto limpieza del sensor incorporado en la gran mayoría de modelos, ya que este emite una vibración en el sensor que hace que el polvo se desprenda y caiga a la parte inferior del cuerpo, eso, si encendemos y apagamos la cámara en posición vertical, cuando lo hacemos con la cámara mirando hacia abajo, el polvo cae en la parte trasera del obturador.
Ante la popularización de la fotografía réflex digital están proliferando todo tipo de artilugios destinados a solucionar este problema y hay que decir que unos mejor que otros consiguen solucionar el problema durante apenas unos días. El gran problema de soplar, barrer aspirar... es que por lo general la suciedad la cambiamos de sitio, pero no la sacamos del cuerpo de la cámara, siendo la aspiración el método más efectivo, ya que extrae el polvo, si no se hace con máximo cuidado puede causar daños irreparables en el equipo, ya que debido a la succión podemos quedarnos pegados al sensor y rayarlo, mover el espejo, etc.

La limpieza en seco mediante soplado y aspiración es la más efectiva y segura pero en ocasiones las motas de polvo llevan tanto tiempo encima del sensor que si este no se ha limpiado con suficiente frecuencia se encuentran pegadas e incluso soldadas al mismo debido a la gran temperatura que puede alcanzar, sobre todo en sesiones de fotos muy largas o en fotografía de larga exposición.  En estos casos es necesario usar sistemas de limpieza húmedos, todos conocemos varios y famosos cepillos untables en alcohol isopropílico, comercializados con nombres llamativos y sin etiqueta de composición, para que no se nos ocurra comprarlo en la droguería o farmacia y les fastidiemos el negocio. Estos sistemas además de caros pueden solucionar el problema hasta que apaguemos y encendamos la cámara de nuevo. ¿Cuántos habéis necesitado dos o tres bastoncillos para dejar el sensor limpio? ¿Cuánto tiempo ha durado limpio?